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miércoles, julio 18, 2012

La deshonestidad del venezolano (y del ser humano)


Hace unas semanas tuve la oportunidad de leer algunas de las entrevistas que le hicieron a Dan Ariely (investigador en el campo de Economía Conductual) a propósito del lanzamiento de su libro “La (honesta) verdad acerca de la deshonestidad”. Al analizar con detenimiento las ideas manejadas dentro de ese libro, resulta obligatorio tratar de aplicarlas al caso venezolano. Creo que muchos de nosotros percibimos a Venezuela como un país en el que abunda la deshonestidad, pero también pienso que a muchos nos hace falta aceptar qué tanto aportamos para que esta realidad sea así.
Piensen por unos minutos si han actuado de manera deshonesta en los últimos días, semanas o meses. No necesariamente debe ser un acto abierta y claramente deshonesto como robar o causar daño a otra persona; piensa en la luz del semáforo que te tragaste, en la flecha que te comiste, en esas mentiras “blancas” que dijiste, en la subestimación de ingresos que colocaste en tu última declaración de impuestos, en las copias personales que sacaste en la oficina, en ese bolígrafo u hojas que también provienen de tu lugar de trabajo, en la música o películas que bajaste de Internet sin respetar los derechos de autor, etc, etc. Uno de los principales problemas con la deshonestidad es que nos cuesta mucho reconocerla en nosotros.
Ariely nos explica muchas de las razones por las cuales nos vemos incentivados a ser deshonestos, pero quiero destacar dos en particular: uno, que tu alrededor esté lleno de personas que continua e impunementemente cometen actos deshonestos y dos, la capacidad de racionalización que tenemos para convencernos de que estamos actuando “honestamente”. Estas dos características las tenemos de sobra en Venezuela.
Es triste pero en nuestro país la deshonestidad es prácticamente una cultura. Diariamente vemos a muchas personas cometiendo actos escabrosos y ya pareciera normal. El tipo que se colea, la persona que da (acepta) comisiones por trabajar (elegir) como (las) contratista(s) para (de) el gobierno, personas copiándose en exámenes o plagiando trabajos académicos y profesionales, robos por doquier, etc, etc, son hechos que observamos cotidianamente y que muy pocos son castigados. Eso motiva hasta lo más honestos a subir su barra de criterio acerca de lo que es honesto o no.
Por otro lado está la habilidad que tenemos los venezolanos (y los seres humanos en general) de racionalizar y justificar nuestros actos deshonestos. Si robo es porque el rico en algún momento me lo quitó, si me llevo el bolígrafo de la empresa es como “compensación” de lo mucho que me explotan, sólo por citar dos ejemplos. Pero en Venezuela vamos más allá y tenemos un concepto que nos ayuda a racionalizar el ambiente de deshonestidad que nos rodea: la viveza criolla. Tanto así, que el concepto de “vivo” hace que nos sintamos mejor con nosotros mismos. “Me fui de vivo e hice tal cosa”, “si no lo hago yo, seguro viene otro vivo y lo hace antes que yo”. Lamentable punto en el que encontramos, pero del que debemos salir.
No todo está perdido, hay cosas que podemos hacer para disminuir los niveles de deshonestidad: aumentar los mecanismos de supervisión, disminuir la impunidad generalizada, incentivar la realización de campaña de valores y reactivar la cultura del honor podrían ser algunas de ellas. Como se podrán dar cuenta hay cosas que pueden ir desde el gobierno hacia el ciudadano pero otras debemos empezar a inculcarlas desde la familia.
Es nuestro deber como venezolanos empezar a cambiar nosotros mismos, aceptar que por un motivo u otro somos de alguna forma deshonestos, pero teniendo consciente que podemos cambiar…. Solo así seremos dignos ejemplos para nuestros hijos…

3 comentarios:

Solange Noguera dijo...

Reflexivo, oportuno y pertinente post Henkel ...lo comparto.

Saludos

Unknown dijo...

Gracias!!!

Bruno Marques dijo...

Ciertamente comparto tu comentario, va de la mano con un fascinante libro que siempre tengo presenten muchos de los comentarios que de ahí pude extraer y mismo de un curso en el cual tocaron temas inherentes a ese libro "los 7 habitos de la gente altamente efectiva" de Stephen Covey.

Considero que en función al tema, esta muy relacionado al ego que es algo con que personalmente debemos reconocer y luchar para poder afrontar de mejor forma diversas situaciones.

Saludos