Decepción y frustración fueron las
primeras palabras que me vinieron a la mente cuando pude leer los resultados de
la adjudicación del Bono Soberano 2026,
pero la reflexión estaba más enfocada en aquellos pequeños empresarios que no
tienen acceso a CADIVI ni a SITME, quienes tenían esperanza de obtener algunas
divisas en la presente emisión. Los
diferentes controles generan distorsión en la economía y específicamente en la
asignación de recursos entre los agentes económicos y nuestro control de
cambio no escapa de esta realidad.
Con el control cambiario las vías para
poder acceder a las divisas (legalmente) se limitan a CADIVI, SITME y las
distintas emisiones de bonos. Es un
sistema de racionamiento que trata de repartir las divisas dando prioridad a
sectores básicos como alimentos, salud y maquinarias para la producción.
Toda esta dinámica desembocó en que el dólar tenga en actualidad diferentes
precios, el oficial (4,3 BsF/$), el del SITME (5,3 BsF7$), el tipo de cambio
implícito de las emisiones (5,3 BsF/$ – 6,2 BsF/$) y otros tipos cambios que
operan de manera más oscura (e ilegal) con un tipo de cambio superior a los
nombrados.
Cuando tienes un activo con diferentes
precios en distintos mercados, la tendencia natural del ser humano es comprar
ese activo en el mercado cuyo precio es más barato y venderlo en el mercado con
precio más caro y así obtener una ganancia libre de riesgo. En finanzas ese proceso se llama
arbitraje. El gobierno testarudamente
crea un ambiente en el que el dólar tiene múltiples precios, eso abre el camino
a que las personas y empresas utilicen la asignación de divisas como un negocio
cambiario distorsionando el motivo de negocio original de una empresa:
producir bienes y servicios para la economía real.
En la actualidad
hay empresas que son ampliamente privilegiadas en la asignación de los dólares,
hay otras empresas que son perjudicadas, hay empresas-fachadas enfocadas en el
negocio cambiario, otras muchas empresas que antes producían ahora se dedican a
la importación. En fin, el control de
cambio y la sobrevaluación del BsF poco a poco distorsiona más el
funcionamiento de nuestra economía y el fin de ese sistema todos lo sabemos,
sólo es cuestión de tiempo.
El control de cambio obstaculiza la
asignación eficiente de los recursos dentro de la economía venezolana. Estoy seguro que muchos de los pequeños
empresarios que leen estas líneas, a ellos que en el mejor de los casos sólo
les asignaron US$ 1.050 (US$ 1500 x 70%) coinciden que la repartición de esos
dólares baratos y escasos es muy ineficiente, injusta e inoportuna. Más
temprano que tarde la realidad nos forzará a realizar cambios, todavía tengo la esperanza en que pronto
tengamos un sistema cambiario mucho más sano al actual.
Henkel García
Analista
e Instructor en Finanzas.
Presidente
de Visión de Inversión
Director
de @Econometrica IE C.A.
Maestría
Administración, mención en Finanzas UNIMET
Twitter:
@HenkelGarcia
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